TESTIMONIO

Hace unos años atrás , un amigo y jugador de los Pumas Classic (rugby), Quique Gallo ( hoy apicultor ) no podía jugar más a éste y otros deportes, por la artrosis aguda que sufría en la espalda, ya de años.


La vida le llevó a relacionarse con las abejas, en el campo, debido a un nuevo emprendimiento que le había surgido.
Obviamente, ésta actividad, le produjo, en varias oportunidades, ser víctima de las picaduras de abejas , inevitable para cualquier apicultor.


Un día cualquiera Quique se dió cuenta que había subido la escalera de su casa corriendo .
Sintió que se habiá curado.

Hoy, después de 5 años, Quique retornó al equipo y de alguna forma se ha curado, juega al rugby como siempre.


Este relato se conoció en el ambiente , que nos llevó a otro jugador y a mí , ambos lesionados , a ponernos a disposición de Quique quién nos hizo picar por una abeja a cada uno .
Allí comenzamos ambos a curarnos con veneno de abeja.


Desde ese primer contacto con la picadura confieso haberme picado casi 100 veces, cada vez que siento algún dolor, contractura, lesión localizada o cansancio en las zonas trabajadas .
También lo hago por prevención y hasta siento que me fortalece picarme sin necesitarlo.
Varias veces antes de algún partido me inyecto ambas rodillas , para fortalecerlas y así lo siento.
Es una energía muy fuerte, que reactiva o reanima mi cuerpo ante cada dosis.


NO consumo más antiflamatorios de laboratorio. Lo he hecho toda mi vida deportiva, produciéndome daños estomacales , sensaciones extrañas y malestar.
En tanto el veneno de abeja es natural, 1000 veces más efectivo , localizado y completo en vitaminas.


Creo que la fiebre que se produce en la zona inyectada, actúa principalmente cómo un poderoso antiflamatorio permanente, que erradica el dolor o molestia desde la primera inyección natural.


Hoy, he aprendido a agarrar la abeja con mis dedos y aplicarme la dosis que necesito.
También he leído y fundamentalmente observado en la colmena que tengo en mi propiedad, que hay abejas adultas canosas, grandes y anchas, cuyo veneno duele más que las bejas jóvenes, color miél, mas chiquitas.
También observé que durante el día las abejas realizan distintas actividades comunitarias, trayendo polen, descansando o realizando otras actividades propìas de la colmena y no siempre es el momento de molestarlas .


Me aplique apitoxina natural en los hombros, espalda, cuello, codo, rodilla, tobillo, íngle, y las tantas veces que me han picado en los dedos por agarrarlas incorrectamente .
Siempre he sentido la mejoría automática desde la primera picadura.


Hoy mismo me encuentro en rehabilitación de un pequeño desgarro en la parte superior del muslo que estoy tratando con veneno.
Me desgarré el jueves pasado fuertemente y a la semana después de 5 tratamientos, he vuelto a correr.
Es increible, es saludable, seguiré estudiando e investigando, éste maravilloso mundo.


Además quede anonadado con las palabras de Einstein en cuánto a la polinización indispensable en el proceso de plantas y flores.
" Si no existieran las abejas , los hombres y la vida animal tardaría 4 años en extinguirse "


Saludos

Alejandro Scolni.-

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